¿Por qué no nos queremos? Amor propio

Qué difícil es llevar el día a día cuando uno no cree en sí mismo, cuando uno no es consciente de su valía, no tiene confianza ni seguridad en si.

Es fácil si estás en este estado que destaques continuamente tus errores, fallos, des relevancia a tus tropiezos y generes así un continuo estado de frustración que bien explicaba y exponía Paula en el post anterior de este blog.

Entramos en un bucle de escaso amor propio, llevamos un ritmo de vida donde nos autocastigamos, todo aquello que hacemos y en lo que trabajamos lo podríamos haber hecho mejor, no nos aceptamos, nos minusvaloramos de tal forma que hasta nos dañamos, muchas veces sin darnos cuenta, poniéndonos en modo de piloto automático con esta mecánica de pensamiento.

"He ido al gimnasio pero debería de superar mi marca, esto lo hace cualquiera, no mejoro nunca."
"He bajado 3 kg con la dieta que me ha recomendado el médico, no es suficiente, tendría que haber bajado 4 kg, siempre fallo."

Este amor propio al que aludo y este pobre autoconcepto acompañado de una escasa autoaceptación, se produce desde muchos contextos y situaciones, uno de ellos es a partir de terceros y sus críticas:

"Eres un despistado."
"Si sigues así, no llegarás a nada en la vida."
"Todo lo haces mal."

Cuidado entonces con las "etiquetas" que nos trasladan desde fuera y también con las que nos atribuímos nosotros:

"Si es que soy un desastre, no hago nada bien."
"Soy muy torpe, no mejoraré mi marca personal, no soy capaz."

Si me etiqueto de esta manera, me juzgo, me comparo para mal siempre con los demás, no me cuido y no me quiero, es difícil que me reconozca cualidades positivas, fortalezas propias, de esta forma continuaré en este bucle de pobre amor hacia mi mismo.

Con esta dinámica personal instalada en mí, es más probable que caiga en la continua queja por todo lo que me rodea, caeré también en un estado de desgana (si soy un desastre, ¿para qué hacer nada?), no me responsabilizaré tampoco de aquello que me está perjudicando y amargando, no tomaré medidas para cambiar, me sentiré triste, débil, dolido, insatisfecho, vítcima, etc.

No nos dejemos vencer por este bucle, uno se puede dar cuenta de síntomas y si tienes dificultades, no dudes en acudir a un profesional, los psicólogos podemos ayudar a detectar dichos signos. En próximos posts daremos las claves y recomendaciones para aceptarnos y aumentar nuestra autoestima, ¡estad atentos!.



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