Cómo estudiar una oposición (IV): Métodos de comprensión

Prelectura


Lo primero que debe hacer al iniciar el estudio de un tema es examinar su contenido, hacer una lectura exploratoria, de reconocimiento. Por tanto, deberá dar un vistazo rápido (no más de 5-10 minutos) a todo el tema. Para ello, lea rápidamente, de principio a fin y sin detenciones ni retrocesos, lo que va a estudiar, intentando localizar las ideas principales, la idea general. Es bueno, antes de iniciar la lectura, dar una ojeada al índice, los títulos de los apartados y subapartados, algún gráfico, resúmenes, sumarios, etc.


Las preguntas más significativas que deberá responder con el estudio son:
«Quién»
«Qué»
«Dónde»
«Cuándo»
«Cómo»
Y «por qué»
Este primer paso le permitirá tener una visión de conjunto del tema, captar su temática, lo que le proporcionará un esquema mental esencial para el estudio; sería algo similar a mirar la cartelera antes de entrar al cine, o mirar un mapa antes de iniciar un viaje.

Lectura 

La prelectura nos da una idea general del tema (de qué trata y partes) y es, para el cerebro, similar al calentamiento de los músculos para el deportista.
Ya estamos preparados para estudiar y, en condiciones normales, con un nivel de concentración adecuado, con una actitud activa. No lea por leer, busque información y comprensión: lea para entender, descubra hechos y significados, nunca palabras.
Esta lectura ya no será rápida, sino pausada, reflexiva, párrafo a párrafo.
Se trata de que lea cada uno de los párrafos, asegurándose de que lo comprende perfectamente: use el diccionario para aclarar el significado de palabras que no entiende y relea las partes que le cueste comprender las veces  que necesite; si no es capaz de comprenderlo, pregúntelo. Las dudas son enemigos que nunca debe dejar a su espalda. Lea con dos objetivos básicos:

  • Seleccionar lo fundamental: trate de localizar las ideas y aspectos más importantes del tema y de ver su encadenamiento lógico. Céntrese en estas ideas más importantes a la hora de estudiar.
     
  • Jerarquizar ideas: no todas las ideas tienen la misma importancia. Por tanto, hemos de buscar las ideas fundamentales del tema, las que forman su armazón, su esqueleto y, a partir de ellas, las ideas principales, secundarias, detalles, etc. Vaya del todo a la parte, de lo general a lo particular.
Para seleccionar y jerarquizar ideas, hemos de subrayar, que es algo similar a hacer un telegrama a partir de una carta. Se trata de señalar las palabras clave y de hacer anotaciones al margen, que constituirán el armazón del texto; con sólo leer lo subrayado se ha de conocer lo fundamental del tema, con sentido y con una perfecta comprensión.
El libro es una herramienta de trabajo esencial y el subrayado es una de las técnicas más importantes para una lectura eficaz y activa: permite destacar, mediante un código de señales, lo interesante, lo que vale la pena tener en cuenta y que hemos buscado con la lectura; por tanto, favorece la comprensión y el estudio, especialmente repasos futuros. El subrayado no debe ser excesivo, limitándonos sólo a lo relevante, a lo que tiene importancia para los objetivos de nuestro estudio.

Sintetización

Después de una lectura crítica y un buen subrayado, estará en condiciones de elaborar una síntesis, de convertir lo leído en conocimientos asimilados y entendidos, que deberá expresar con brevedad y con sus propias palabras. La función sintética es una técnica de trabajo intelectual que ayuda a mejorar el orden, la claridad, la asimilación, etc.

  • El esquema: es la estructura, el esqueleto del tema (títulos, apartados, palabras clave subrayadas) expresada en el plano gráfico. Permite expresar contenidos brevemente (palabra clave que sintetiza toda una idea), jerarquizarlos (el lugar que ocupan en el papel determina la importancia de las ideas: izquierda, mayor importancia; derecha, menor) y relacionarlos (encadenamiento lógico de ideas).El esquema surge del subrayado estructural. Hay que procurar que sea breve para poder abarcarlo todo con un solo golpe de vista; por tanto, en él sólo pondremos palabras clave. 
  • El resumen: es como el zumo del tema. Consiste en expresar con pocas, precisas y propias palabras lo más importante, de forma coherente y ordenada. Por tanto, escriba a su manera (interprete con sus propias palabras) lo que ha subrayado y esquematizado. Deberá constituir un extracto de las ideas básicas, en el que sólo copiará literalmente las definiciones, que no debe sobrepasar el 30% del texto original (será como un texto reducido telegráficamente). Para hacer el resumen, rellene con sus propias palabras el esquema. Vaya  idea por idea, de las fundamentales a los detalles. Procure que tenga unidad, relación entre ideas, y que sea fiel al modelo. El texto no deberá tener muchos puntos y aparte, incluyendo en cada párrafo un segmento horizontal del esquema.
    El hacer resúmenes hará que sea más ordenado, que se exprese cada día mejor, distinguir lo fundamental de lo accesorio, favorecerá una buena comprensión, una mejor memorización (mientras elabora una síntesis está aprendiendo) y un perfecto material de repaso. Esta sistematización de la materia hace el estudio más agradable, evitando el «estudio de codos».
 

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