Es
cierto que controlar en cierto modo cómo pensamos resulta complicado pero
también es cierto que es posible elegir la manera de pensar ante una situación,
y eso conlleva beneficios, al menos psicológicos.
Me
dicen algunas personas, que se ponen en el peor lugar y piensan en lo peor para
prevenirse, y yo respondo, prevenirse ¿de qué?, ¿qué beneficios trae pensar en
lo peor? Bien, para esperar el “terrible suceso” que se da por sentado que
llegará pero ¿y si no llega?, ¿qué hacemos y que nos ocurre mientras esperamos
a que llegue? Lo que logramos anticipando lo negativo es angustiarnos,
frustrarnos, estresarnos, desesperarnos, bloquearnos, etc.
-
“El
viernes tengo un examen, es muy difícil, el profesor me tiene además manía, ¡no
lo voy a aprobar en la vida!” > “El viernes tengo un examen, es complicado y
voy a esforzarme al máximo para aprobarlo, si otros lo han conseguido yo
también.”
-
Este
sábado he quedado con Felipe, seguro que me pongo nerviosa, como siempre, diré
alguna tontería y pensará que soy idiota o se aburrirá conmigo y no querrá
quedar más.” > “Este sábado he quedado con Felipe, es probable que me ponga
nerviosa pero es porque me interesa realmente, voy a plantearle ir al concierto
y lo más probable es que nos lo pasemos bien juntos.”
Eligiendo
un modo u otro de pensar sobre una situación haremos que nuestro estado de
ánimo y nuestra conducta sea de una forma u otra. Si yo me suspendo antes de
hacer el examen o creo que Felipe se aburrirá conmigo lo más seguro es que me
frustre porque no depende de mi el cambio, “haga lo que haga está predestinado
que salga mal”, me esforzaré poco en disfrutar con Felipe o en que salga bien
el examen.
El
tener una visión negativa de la situación o de tu actuación ante ésta, hará que
suceda así, es decir, si esperas poco de ti, si no confías ni tienes seguridad
en ti mismo, lo más probable es que te bloquees o no gestiones lo bien que
quieres dicha situación, y todo, por tus expectativas negativas hacia ti mismo.
No te “fustigues” ni machaques, modifica en la medida de lo posible tu filtro,
el cómo ves la situación, el cómo anticipas qué va a ocurrir, el cómo te ves en
dicho momento.
Si
yo elijo otra alternativa de pensamiento a modo “voy a hacer todo lo posible
para aprobar” y “nos caemos bien y lo pasaremos bien juntos” posiblemente
estemos encaminados a que ocurra así, aunque no se pueda asegurar que la
situación salga como queremos a ciencia cierta, pero sí ganaremos seguridad y
confianza en nosotros, autoestima, estaremos haciendo todo lo posible para que
pase según queremos.
¿Qué
conseguirás con el cambio de pensamiento?
- Ser
más flexible y justo contigo mismo.
- Mejorar
o al menos no empeorar tu estado de ánimo y autoestima.
- Tu
concentración y manejo de recursos mejorará también.
- Pesimismo
transformado en optimismo en definitiva, sin dejar de ser realista.
Toma
decisiones y no te dejes llevar por el bucle de pensamientos negativos ni
pesimismos, sé justo contigo, permítete disfrutar del momento y desear lo
positivo, lo mejor para ti.
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