Cuidado, ¡tóxico!

Me encuentro con gente que tiene ganas de vivir, de estar bien, de crecer y de avanzar como personas, también me encuentro con gente que no está pasando por un buen momento y desea modificarlo pero claro, hay obstáculos en el camino, uno de ellos es el llamado “gente tóxica”.

¿A qué llamo gente tóxica? Pues, personas que te impiden, te paralizan, te bombardean con mensajes negativos y problemáticos ante cualquier muestra de motivación e iniciativa, en tu vida diaria, te restan y te hacen sentir peor contigo mismo. Suelo ser poco dogmática pero cuando veo que una persona está rodeada de estos "tóxicos" siempre les indico igual, ¡pon límites!, vamos a ver cómo podemos lidiarlos para que no nos anulen con sus actuaciones.

Asumamos que no todo el mundo es bueno por naturaleza, siento que no sea políticamente correcto decir esto pero, aceptándolo nos libraremos de culpas que puedan venir entre otras cosas de sus manipulaciones.

Los hay de muchos tipos, los que creen que es el mundo el que tiene un problema y no ellos mismos y por tanto te lanzan su amargura y frustración sin pudor:
-“No encuentro trabajo porque no salimos de esta crisis ni saldremos nunca, nuestros hijos no me dejan ahorrar y por tu culpa estamos en esta situación, si hubieras buscado trabajo antes, al menos un sueldo entraría en casa…”

Los que sacan punta a todo, siempre tienen un “pero” y ningún comentario positivo ni reconocimiento a tu trabajo, a ti como persona:
-“Sí, te ha salio la paella mejor que el otro día aunque le podías haber dejado unos minutos menos en el fuego.”
-“Mira como sale siempre de casa…va vestida fatal, anda que lo que me contó ayer…”
-“Sí es listo pero es que con todas las horas que estudia, para no serlo…”

Los que son unas auténticas “joyitas”, aquellos que van a manipular, a utilizar directamente y a hacer daño, aquí no hay nada que negociar, pon distancia con ellos:
-“Eres un estúpido, mira que yo siempre  te ayudo y no me vas a hacer el único favor que te pido en mi vida, con lo que yo me preocupo por ti…me duele lo que me haces y debería darte vergüenza.”

En definitiva, estas personas te pueden hacer sentir pequeño, te anulan poco a poco si no los detienes a tiempo. Aquí van algunas directrices para poder poner límite a esta toxicidad malsana:

  1. Marca tu espacio, eres tan importante como el otro y no tienes que soportar continuamente la amargura de este otro, tú también tienes cosas que contar y desear que te escuchen, no permitas los monotemas ni quejas continuadas, no eres la oreja andante de tu alrededor, tienes derecho a sentirte valorado y escuchado por tu entorno, a compartir tu vida y no sólo los otros contigo.
  2. Ojo con aquellas personas que sólo saben criticar a terceros que no están presentes, que sólo tienen palabras negativas para con los otros, seguramente también lo hagan contigo, pon límite a esos juicios gratuitos negativos.
  3. Párate a pensar si te está restando dicha persona, si te va quitando energía en lugar de facilitarte la vida, si sólo cuenta contigo cuando tiene problemas o casualmente siempre se queja porque todos tienen un problema menos él…, una cosa es pasar malas rachas y que acudan a verte para pedirte ayuda o para desahogarse y otra es ir a ti con la pretensión de quitarte buena energía e inundarte de su negatividad, para que le arregles su vida y si no termina siendo tu culpa, claro...
  4. No consientas manipulaciones, chantajes, maltratos al fin y al cabo…Bajo ningún concepto, aquí no hay tregua ni negociación alguna para lidiarlo, no entres en el juego de las faltas de respeto. Si vieras que se te escapa de las manos y no puedes ponerle freno, solicita ayuda profesional pero no te dejes llevar por su bucle peligroso porque no deja de ser un tipo de agresión, va en contra de tu derecho como persona.

Tú decides con quién compartes tu maravillosa vida y quién quieres que entre en ella, sería bueno estar con gente que te facilitase el camino y no que te lo complicase.
Tú decides.







Comentarios

  1. Me siento identificada con ello. En mi situación sé dan los tres casos. Y quiero librarme de ello. Cómo bien dices hay que lidiar con ésto. Gracias M. Del Mar por tus pautas.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario