(IN)DEPENDENCIA
La
independencia te libera de toda obligación impuesta o autoimpuesta, te hace
libre para elegir y decidir, por tanto la dependencia a algo o a alguien nos
resta libertad. Muchas veces nos sentimos en la obligación de ser/hacer algo
que no queremos por la dependencia que sentimos hacia alguien o muchos, por
necesidad de aprobación de este/estos, necesidad de agradar, por sumisión…no porque de verdad así lo
queramos.
Como
siempre digo, si eres tú realmente el que DECIDE depender, bien, no te
sentirás incómodo, es más todo lo contrario, te sentirás cómodo al dejarte
llevar, pero…¿si no es así?
Con
ser independiente no quiero decir que uno evite a los demás, no quiera
establecer relaciones o se valga solo y no requiera ayuda o apoyo…, me refiero
a no sentir esa necesidad impetuosa de estar ligado a alguien, de sentirse en
la obligación de responder ante alguien por las decisiones que uno toma y actos que
principalmente repercuten en ti y en tu vida. Una de las claves sería cambiar
nuestra “necesidad” por nuestra “preferencia”.
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“Necesito
ir al cine con alguien, no puedo ir solo”. > “Preferiría ir con alguien al
cine en lugar de ir solo”
La
necesidad implica obligación, normas rígidas, mientras que la preferencia nos
aporta flexibilidad, el preferir ir acompañado al cine no implica que “o
vamos con alguien o no vamos”, te deja la puerta abierta a diferentes
alternativas y no te encierra en un mundo de blanco o negro, de radicalidad
ante sólo la posibilidad de decidirte por una opción u otra. El lenguaje que empleamos con nosotros es determinante como podemos ver.
-
“Necesito
salir con mi pareja cuando salimos a dar una vuelta o para hacer determinadas
gestiones” (implica que si no, no salgo, dependo de mi pareja para hacer cosas) > “Preferiría que mi pareja me acompañara a hacer las
gestiones”. (implica que me gustaría que viniera pero no rechazo otras opciones, como ir con algún/a amigo/a, solo/a).
Otro
clave es cuando actúas de tal manera porque es lo que se espera de ti, si no actúas de tal forma el/los otro/s se podrían molestar aunque, si no actúas como tú
quieres el que se siente frustrado eres tú, ya sabes, tú decides.
La dependencia puede conllevar el tratar al otro/s
de forma prioritaria, antes que a ti mismo incluso. El ceder en sí no es malo en
ocasiones pero el priorizar al otro/s a expensas tuya puede llevarte a
sentimientos de inferioridad, frustración, tristeza, incomprensión, rabia, etc.
Una
relación de amistad, pareja, familiar o de cualquier otro tipo, donde se
promueve la independencia psicológica, es aquella donde no hay exigencias ni
pretensiones de que el otro sea de una forma que no es. Una relación saludable es donde sí
hay unión pero no dependencia.
Importante es también cuando la dependencia trae consigo roles de sumisión
y dominancia, manipulación, confundir dependencia o cualquiera de estos roles con amor es una
equivocación.
Recuerda
que elegimos cómo queremos relacionarnos , cómo queremos tratar a los demás y
ser tratados (cuidado con las manipulaciones y chantajes de terceros ya sea de manera intencionada o no, una vez
que llevamos tiempo con ello y vemos que nos es difícil modificar esta
situación sería bueno pedir ayuda, tomar conciencia y ponerle freno).
Prioríza(TE); Independíza(TE); Quiére(TE).
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