El amor alivia el dolor

Desde pequeños, casi por instinto, sabemos que el contacto con un ser querido nos ayuda en momentos de dolor, supuesto que han respaldado los datos científicos.

La psicóloga Sarah Mastery sus colaboradores de la Univesidad California hace años descubrieron que en situaciones incómodas o dolorosas, la mano de una persona querida e incluso su retrato reducen el dolor más que el contacto la visión de un individuo extraño. En la experiencia la fotografía resultó tan eficaz como contacto físico.

20110626135842-manos-unidas.jpgMás tarde, el neurocientífico Jarred Youngery sus colaboradores de la Universidad de Stanford contrastaron este experimento, ya que crean que lo que reduce al dolor era la propia distracción al mirar al ser amado. Comprobaron que, tanto la visión de rostros amados, como la participación en un juego de palabras para distraerse, redujeron la sensación dolorosa subjetiva entre un 36% y un 40%. Pero las fotografías de las personas amadas activaron los centros de recompensa ahora parece amígdala, hipotálamo y corteza orbi frontal medial). Es decir, el sentimiento amoroso va más allá de la mera distracción: es tan potente que refuerza las redes neuronales del placer.

Estos descubrimientos los podemos aprovechar a nuestro favor: la próxima vez que tengamos que pasar una situación desagradable, dolorosa, desde algo que nos pueda dar algo de miedo como un simple resfriado, consideremos la posibilidad de llevar con nosotros la fotografía si alguien querido, ya que nos hará la situación mucho más soportable.

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