La carga del cuidador

En este momento en nuestra sociedad, y gracias, entre otras cosas, a que la esperanza de vida va aumentando, el número de dependientes está aumentando cada año. Esto, a la vez, implica que aumenta el numero de personas que toman el papel de cuidador.

El papel de cuidador es muy difícil y muy cansado, poco remunerado y agotador, únicamente justificado por el amor que se siente hacia esa persona a la cual decidimos cuidar. Es una realidad que no podemos negar: estar 24h pendiente de alguien sabiendo que la posibilidad de mejora de ese alguien es reducida. Es una realidad fea, que muchos intentan adornar, pero es un rol que cada día aparece más en nuestra sociedad, y en el que muchos cuidadores se olvidan de cuidarse así mismos en el proceso que están viviendo.

Nadie elige ser cuidador, aunque si se puede elegir no serlo, pero a veces los costes emocionales de esa elección son mayores que los de cuidar a un familiar, ya que elegir no ser cuidador es dejar caer sobre tu conciencia la losa de la culpabilidad por haber abandonado, de una forma u otra, a un familiar.

Se puede cuidar de muchas formas a alguien, desde tenerle en casa y cuidarle personalmente las 24h o pedir ayuda a alguien o ocuparse de que alguien se ocupe correctamente de él.

Unos consejos sobre como ser cuidador y no morir en el intento son:
1.- No dejar de cuidarse a uno mismo. Para cuidar hay que estar cuidado, si uno enferma no puede ocuparse de los demás.
2.-Pedir ayuda si se necesita. No pasa nada por pedir ayuda a profesionales o familiares. Esto nos puede quitar cierta carga de encima y bajar nuestro nivel de estrés diario.
3.- Cuidar la propia alimentación y no dejar de hacer ejercicio. Este autocuidado nos ayudará a tener la energía necesaria para afrontarnos al día a día y podemos aprovechar el tiempo para realizar ejercicio como un tiempo para nosotros mismos: pensar, desconectar, reflexionar...pero sobretodo desconectar.
4.- Y nunca, nunca olvidar los derechos del cuidador:


A dedicar tiempo a ellos mismos sin tener sentimientos de culpa.
A experimentar sentimientos negativos por ver a su familiar enfermo.
A solicitar información sobre todo aquello que no comprendan.
A buscar soluciones a problemas que se ajustan a sus necesidades y a las de sus familiares.
A ser tratados con respeto por aquellos a quienes se les solicita ayuda
A equivocarse.
A ser reconocidos como miembros valiosos de la familia.
A ser reconocidos como miembros valiosos de la sociedad.
A aprender y a disfrutar del tiempo para aprender.
A expresar sus sentimientos.
A poner límites a las demandas excesivas.
A cuidar de su futuro.

Estos derechos y muchos más consejos los podéis consultar en la Guia del autocuidado del cuidador de la Cruz Roja. Aquí os dejo su enlace: http://www.sercuidador.es/pdf/guia_autocuidado.pdf

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